La mujer maravilla

La última dictadura de las Fuerzas Armadas de Argentina se caía a pedazos, a pesar del esfuerzo de las maestras de mi escuela primaria por enseñarnos a respetar a los tiranos usurpadores del poder. La guerra de Malvinas transcurría en mi mente como una película fantasiosa de Hollywood en la que los muertos en pantalla se levantaban ni bien se escuchaba el clásico "corten" del director. Los poros de la piel de mi cara comenzaban a agigantarse preparando el terreno para los tres pelos que insinuarían el advenimiento de mi barba. La presencia femenina dejaba de molestar, se iba haciendo lentamente necesaria y cada vez con mayor insistencia provocaba extraños cosquilleos que descendían desde las inmediaciones del corazón hasta el pito, sometido ya repetidamente a una seguidilla incuantificable de pajas practicadas con todas las imperfecciones que pueden aceptarse de un principiante. Mis hormonas no entendían de represión. A pesar del velo oscuro y pecaminoso impuesto por el aparato ideológico (la escuela, la Iglesia y los medios) sobre el sexo y el placer en general, una terrible dureza adquiría mi pene cuando aparecía la mujer maravilla (Linda Carter) en la televisión. En mi casa ni las bombachas de las féminas de la familia se exponían a la vista de los varones, en la calle las mujeres paseaban cubiertas por vestimentas antisensuales y las compañeras de la escuela se enfundaban en holgadas pilchas cuando no se ponían el largo guardapolvo de moda en la época. Así era la moda, eso enseñaban los padres, los maestros, los curas y las vecinas chismosas. Según tengo grabado en la cabeza, la mujer maravilla iluminaba las miradas, revolucionaba mi interior sin mas armas que la insinuación de los dotes naturales de su cuerpo. La mujer maravilla marcó definitivamente mi vida y la de Natalia. Veinticinco años después, suele visitarme en casa disfrazada igual que la primera vez, en el frío salón de actos de la escuela del barrio en el que mis viejos me criaron.

1 comentarios:

Ga dijo...

Alguna vez estuve acá y vuelvo a estar... saludos!!