Ni aún no acordándome me puedo olvidar
de su corte fino y su brillo genial,
de su perfumito prefiero no hablar,
como de las demás cosas que debo censurar
Fue un día lejano la primera vez
con un miedo inhumano le entré
y hasta encandilarme con ella no esperé
más que el tiempo que se robó la timidez
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