La tribu rastaman (no es poesía, es reggae)

Hay en mi pueblo una tribu de gente
En apariencia desigual, aunque comparte un gusto musical
Y mucho más, mas allá de la manera de expresar
Lo que quiere comunicar, va siempre de frente

Son gentes de todos los colores y olores
Que se suelen juntar en el mostrador de algún benefactor
De su bolsillo y mi ansiedad, de nuestro colocón
Que van llegando en bicicleta o en pomposos coches

Si es igual el efecto final; de la sociedad en general
Empuja a escapar, como si fuera el salvavidas de un bañero
Del mar caliente jamaiquino, con el que sueñan cajetillas y negros
Que recurren a fumar para observar el resto con más tranquilidad

La mayoría no se da cuenta que por caminos muy diferentes
Consiguen un fin similar: provocar a los demás
Que se aferran a la campaña oficial
Teñida por los millones que se levantan los dirigentes

Las gentes de esta tribu ocupan puestos en todos los frentes
Desde las calles con malabares y las veredas con collares
A oficinas con decisión y el calor de lindas mujeres
En el penal también, es evidente

Las diferencias se evaporan cuando en el aire suena
La pegadiza melodía del jefe rastaman
Es que a Bob Marley, el jamaiquino, nadie se niega a adoptar
Cuando el calor del reggae corre por las venas la señal es buena

Y cuando viene la Policía todos le huyen por igual
Mastican bronca porque no entienden
Cual es la mecha, por qué defienden
A los que descaradamente promueven traficar