Lo, recuerdo

Una sola novia de las pocas que pude conquistar en mi vida es testigo de mis proezas de alcoba. Pasó mucho tiempo, pero, aunque perezca y vuelva a nacer mil veces más, en el rígido de mi cabeza permanecerán esos fines de semana interminables. Nunca más sucedió, vaya a saber por qué. Antes y desde entonces, con otras compañeras, no es lo mismo. Pobres, con amor o sin él, no hay proezas.

0 comentarios: